Lunaria menor

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LunariaMenor.png
Botrychium lunaria Swartz

Lunaria menor, y detalle de los esporangios. (Original de Sierra.)

Sinonimia

cat., llunària

Descripción

Esta lunaria menor tiene de 0,5 a 1 palmo de altura, el rizoma corto y escamoso en su extremo, las raíces fibrosas, y una sola fronde dividida en sendas porciones: la estéril dividida a su vez en segmentos semilunares o de figura de abanico, enteros o denticulados en los bordes; y la fértil formando a manera de una panícula de esporangios que se abren de arriba hacia abajo. El nombre genérico alude a esta especie de panícula, porque deriva del griego botrychion, diminutivo de botrychos, la raspa de un racimo de uvas.

Madura sus esporangios desde mayo en adelante, según la altitud.

Se cría

En todo el Pirineo, y en los prados de otras montañas de la mitad septentrional de España, pero se enrarece tanto hacia el Oeste, que falta en Portugal. Llega hasta el Montcaro, sobre Tortosa, donde la halló Rothmaler en 1935.

Composición

La desconocemos.

Virtudes y uso

Se considera astringente, y se usó como antidiarreica, contra las menstruaciones excesivas y las llamadas flores blancas.

Según textos antiguos, excitaría el celo de las vacas, porque así que la pacen se van derechas al toro.

Historia

Quienes han supuesto que el epimedium de Dioscórides, en griego έπιμήδιον, podría corresponder a esta lunaria menor, no parecen del todo descaminados si nos atenemos a la descripción de Dioscórides, que dice así: «El epimedio es un tallo no grande, acompañado de diez o doce hojas semejantes a las de la hiedra y viudo de fructo y de flores. Produce las raíces delgadas negras y de grave olor, y desabridas al gusto. Nace en lugares húmidos. Sushojas, majadas con aceite y aplicadas en forma de emplastro sobre las tetas, no las dejan crecer. Bebidas con vino cinco dramas (dracmas) de la raíz o de las hojas majadas, por espacio de cinco días después de la purgación del menstruo, hacen las mujeres estériles».

Las diez o doce hojas semejantes a las de la hiedra serían los segmentos de la porción estéril de la fronde; el no dar flores ni frutos; el tener las raíces delgadas y negras; y el nacer en lugares húmedos, son buenos caracteres de esta especie.

Pero Laguna dice: «Tampoco se tiene noticia del epimedio, cuya virtud es mediocremente fría, con alguna humidad superflua. Dícese que majada toda la hierba y aplicada en forma de emplastro sobre las tetas flojas y caídas como barjuletas, las recoge en sí mesmas y las conserva tiestas y apiñadicas».

Si la herradura de un caballo acierta a ponerse sobre esta hierba, se cae y se quiebra al instante, dicen los pastores suizos. Algo parecido me contaron en Sierra Nevada, pero sin referirse a esta limaría ni a ninguna hierba concreta. Sólo se mostraban maravillados del poder de ciertas plantas. «Porque las hay con tantas facultades —aseguraban— que aquí mesmamente, en el prado, blando como está, se te caería una herramienta sobre ellas y se te partiría a pedazos.»

En otras regiones le atribuyen la propiedad de volver invisible al que la tiene; y en tiempos de los alquimistas la creyeron capaz de cuajar el mercurio.