Helecho común

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HelechoComun.png
Pterídium aquilinum Kuhn

Helecho común (Ptnidium aquilinum),un poco reducido. (Original de Núñez.)

Sinonimia

cast., helécho hembra (filix foemina en la nomenclatura antigua; fougérefemelle, en francés), felce, y, en la parte de Aragón rayana con Cataluña, hierba falaguera o, simplemente, falaguera; port. y gall., feto-ordinário, feto-dos-montes, feto-do-mato, fento y, en el archipiélago de los Azores, feto; fento femia, fenta, fieito, félgo, félga, y, en el Bierzo, féle- china; cat., falguera, folguera, foguera, herba falaguera, falaguera; vasc., garó, ira, ari, iri, ide (en Arratia), idi (en Zoilo), iratze, iraugai, iñaztorr (en Andoain y Emani), iñastorra, iñestorr, iñitxorr, turrmoi-ira (helécho de trueno), doneanira (helécho de San Juan, que se bendice en la iglesia el día de este santo y se quema cuando truena, según Azkue), aitzganeko ira (helécho de sobre peña); en vasco, iratzorr es helechal


Descripción

Este es el más común de los helechos, forma un profundo rizoma negro, serpenteante, que discurre horizontalmente y es difícil de extirpar cuando invade las tierras de labor. Echa amplias frondes que pueden alcanzar hasta 2 m de altura, sostenidas por un robusto rabillo sin vello ni escamas, muy recias, casi coriáceas, divididas y subdivididas hasta formar segmentos de figura triangular (los de última categoría), ensanchados en la base, sin pezón alguno que los sostenga, enteros o lobulados. Los esporangios nacen en los bordes de estos segmentos que, por estar un poco arrollados, contribuyen a protegerlos. Este helecho se seca en invierno y las frondes mueren; las nuevas brotan en primavera.

Madura los esporangios en verano y otoño.

Se cría

Profusamente en los brezales y en los bosques de las tierras silíceas, sobre todo en el norte y oeste de la Península, así como en las montañas de todo el país, mayormente en los suelos arenosos y húmedos, sin rebasar los 2.000 m de altitud.

Composición

La desconocemos.

Virtudes y uso

El helecho común no se emplea en medicina facultativa; ni hacen gran caso de él las gentes de otros países. Pero en Mallorca, según refiere Palau, «es famoso, aunque ha de proceder precisamente de Lluc. Muchos romeros se llevan un fajo de él al regresar de su devota visita a la Virgen, Reina de Mallorca. La fe de los mallorquines en este helecho de los alrededores de aquel santuario es tan grande, que por sí sola ya puede considerarse un remedio. El que crece en otros sitios carece en absoluto de aprecio.

Ningún a otra planta admite comparación con el helecho de Lluc, por sus virtudes para “rebajar la sangre”. Se hace muy difícil —prosigue Palau— expresar con otra frase o con un término concreto el concepto vulgar de “rebajar la sangre”, porque comprende numerosos estados anormales del cuerpo humano. Se considera preciso “rebajar la sangre”, quitándole sus impurezas, cuando arrastra secreciones tóxicas de células dañadas, como en las enfermedades infecciosas; en otros casos, para poner freno a la velocidad de su discurrir o a la presión que pueda ejercer sobre tejidos y órganos, ora provocando rubicundeces, ora dolores de cabeza, la hinchadura de las venas o palpitaciones. Pero lo más corriente es que, en tales casos, se crea tener la sangre demasiado espesa, lo cual, dificultando la circulación, requiere ponerle remedio aclarándola.

Con un puñadito del helécho de Lluc y 0,51 de agua, los mallorquines preparan una tisana que hará desaparecer las rubicundeces, el martilleo en las sienes, el loco galopar del corazón, las pérdidas momentáneas del equilibrio, los excesos menstruales y una infinidad de síntomas molestos que tienen su origen en la “sangre excesivamente cargada”.

Esta creencia mallorquína no se limita exclusivamente a las Baleares; más bien parece propia de aquellas comarcas en las que, por ser calcáreas y secas, el helécho común es planta rara. Recuerdo que en los puertos de Tortosa y de Beceite, un guarda forestal de La Fou, Juan Ferrer (Juanito Dentetes), me refirió que las gentes de aquel país, para «rebajar la sangre», tienen tanta fe en la que llaman falaguera, que, de tenerla en casa, decía, se formaría cola a la puerta para poderla adquirir. No me pudo mostrar la planta, pero tengo la seguridad de que se trata de este Pteridium aquilinum;tanto más por cuanto Mosén Badal, en carta escrita a Pau el 13 de septiembre de 1887, le decía que en el Parrizal de Beceite vio la falaguera, y añade, entre paréntesis (filix femina),esto es, helécho hembra, que es el nombre usual de esta especie en el Bajo Aragón.

El antedicho guarda forestal me refirió asimismo que un hombre de Beceite le cantó la siguiente copla, con el mismo pensamiento expresado por Laguna al tratar de ambos heléchos, el macho y la hembra:


En el Puerto hay una hierba

que se llama falaguera,

y en la noche de San Juan

florece, grana y se aseca.


Observación

El Dr. Laza Palacios, asegura que el rizoma de la Pteris ensifolia Sw., que se cría en diversos puntos de Andalucía, se emplea en cocimiento como antidiarreico y como vermífugo.