Culantrillo de pozo

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Capilera.png
Adiantum capillus-Veneris L.

Capilera (Adiantum capillus-Veneris). (Original de Sierra)

Sinonimia

cast, culantrillo de Montpellier (en Francia, capillaire de Montpellier, porque allí es planta del Sur) o, simplemente, culantrillo, capilera, arañuela; port. y gall., adianto, avenca, aivenca, avenca-dos-poqos, coentro-de-ροςο(cuentro, según Laguna), capilária, capilária-de-Mompilher, colandrillo, capilaria, arañuela; cat., capillero, falzia, fauzia, falsija en la raya de Aragón ,falguerola, folguerola; vase., garaiska, iturribelarr


Descripción

El culantrillo de pozo tiene un rizoma que se arrastra breve trecho y frondes de 1 a 2 palmos de altura, con el rabillo prolongado y fino, lampiño y pardo negruzco o de un negro reluciente, dividido y subdividido en el limbo de la fronde. En las más finas ramificaciones se implantan los segmentos frondinos, cada uno sostenido por su propio pezón; tienen figura que recuerda la del abanico, como manifiesta la figura adjunta. I^os esporangios nacen en el borde superior de estos segmentos, que se dobla sobre sí y los protege.

Madura los esporangios a partir del mes de mayo.

Se cría

En los rezumaderos de los peñascos, en las paredes de los pozos, junto a las fuentecillas, en las cuevas con goteras y no demasiado oscuras, etc., de todo el país, con predilección por los terrenos calcáreos.

Composición

Es poco conocida. Contiene materias tánicas, mucilago, un principio amargo, y cantidades imponderables de cierta esencia que le comunica un agradable aroma.

Virtudes y uso

Por la belleza de los rabillos de las frondes, que se han comparado a los pelos de una hermosa cabellera, y por la teoría del signo, se emplearon para conservar el cabello y acrecentar su salida y robustez.

En medicina se ha usado para combatir la tos y los catarros de las vías respiratorias. Según las antiguas farmacopeas hispanas, la conserva de este culantrillo se preparaba con 1 libra de la planta fresca, que se machacaba en un mortero de mármol, añadiéndole, si fuere necesario, un poco de agua hasta formar una masa blanda y muy tenue; y luego se le añadían 2 libras de azúcar y se removía fuertemente. Después de bien mezclado todo se guardaba para el uso.

La tisana se prepara con 1 onza de la planta entera y 11 de agua; cuando ésta hierve se hecha la planta, se tapa y se deja enfriar. Para la tos y los catarros, se toma endulzada con azúcar cande, a tazas, y bien caliente.

En medicina casera, esta misma tisana se toma para facilitar las menstruaciones dolorosas y regularizarlas si fueren excesivas.

En otros tiempos solía hacerse uso de una bebida llamada bávara, que consistía en una infusión de té endulzada con jarabe de culantrillo, y a menudo mezclada con leche.

El jarabe de culantrillo se prepara con un cocimiento concentrado de toda la planta: 100 g en 11 de agua. Colado el líquido resultante, se le añade doble cantidad de azúcar.

En medicina de la infancia se usa el jarabe de culantrillo compuesto, en el que, además del culantrillo en las indicadas proporciones, se añade 0,5 onza de lactucario y otro tanto de pétalos de amapola. Este jarabe, que se propina a cucharadas, calma la tos de los infantes y les procura un sueño tranquilo y reparador. No tiene ningún peligro su uso, porque todos sus componentes son inocuos.

Historia

Dioscórides nos habla de esta especie, y, tomándolos de Laguna, se expresa en los siguientes términos: «El adianto, llamado polytrico de algunos, produce unas hojuelas como las del culantro, hendidas por las extremidades, y unos talludos en extremo subtiles, luengos de un palmo, negros y relucientes, de los cuales penden las hojas. Carece de tallo, de fructo y de flor esta planta, y su raíz es inútil. Bebido el cocimiento de aquesta hierba, es útil a los asmáticos, a los que resuellan difícilmente, a los ictéricos, a los enfermos del bazo y a los que no pueden orinar. De más desto, desmenuza la piedra, restriñe el vientre, y es remedio a los mordidos de fieras. Bebido con vino, sirve contra los humores que suelen destilar al estómago, provoca el menstruo y las reliquias del parto, y restaña la sangre del pecho. Aplicada la hierba cruda en forma de emplastro, es útil contra las mordeduras de las serpientes, cubre de cabellos la tiña y resuelve los lamparones. Aplicándose con lejía, limpia la caspa y enjuga las llagas manatías de la cabeza. Encorporado con láudano y con aceite de arrayán y de azucenas, o con untuosidad de lana sucia y con vino, establece los cabellos, y lo mesmo hace su cocimiento hecho con lejía y vino si se lavan con él. Mezclada en el manjar de los gallos y codornices, los hace más esforzados y ardientes para el combate. Plántanla cerca de los apriscos, por el provecho que della se sigue al ganado. Nace en lugares sombríos, cavernosos y acuáticos, y por los manantíos muros y junto a las fuentes».

Los comentarios que pone Laguna a este capítulo dicen así: «Aquella herbecilla vulgar que llamamos en Castilla culantrillo de pozo, porque crece en los pozos y se parece al culantro en las hojas, la llamaron adianto los griegos, porque aunque llueva sobre ella y se zahúndan mil veces dentro del agua (cosa digna de admiración) jamás se le pega una gota, sino siempre se muestra seca y enjuta; en lo cual se parece a ciertas doncellas constantes y virtuosas, que aunque mueran de amores de algunos sus favoridos y se les salga el alma tras ellos, toda vía cuando los tienen delante los despiden con mil denuestos quedándose del todo enteras y inmaculadas. Dígolo porque el culantro de pozo, no pudiendo vivir sino por las fuentes y albercas, no admite jamás las aguas en sí, de las cuales es muy sediento. Llamóse también polytrico y callitricoy por la notable virtud que tiene de restituir y acrecentar los cabellos perdidos, y de darlos tinctura muy agraciada, puesto que (léase, aunque) estos nombres son más ordinarios al tricomanes. Teoffasto hizo dos especies de adianto, conviene a saber, blanca y negra; el cual, por la negra, entendió nuestro común culantro de pozo, por razón que sus talludos son negros; y por la blanca, otra hierba muy diferente, que nace por los muros antiguos, llamada de algunos, por eso, ruta marina (tal vez quiso escribir murina,o, mejor, muralis o muraría, es decir, de los muros). El culantro de pozo, entre calor y frío, es templado, empero tiene fuerza de desecar, de resolver y de madurar. Su cocimiento, bebido, deshace la piedra, mundifica y madura el pecho, purga con facilidad la cólera y flema, clarifica la sangre, abre toda suerte de opilación, conforta el estómago, y, aplicado a la cabeza en forma de emplastro, establece los cabellos caducos y restituye otros y muy más espesos, en lugar de los que ya se cayeron; lo cual hace con mayor eficacia la ceniza del culantro de pozo quemado».

Esta explicación que nos da Laguna acerca del término culantrillo es la que trae el Diccionario de la Academia; otros consideran que culantrillo es la misma voz griega callitrichon(καλλίτριχον), cuyo significado es «hermoso pelo», alterada y convertida en culantrillo. Sin embargo, Dioscórides alude claramente al culantro, y durante el medievo ya se designaba con el nombre de coriandrum putei, esto es, culantro o cilantro de pozo, traducción del árabe kazbarat al-bi'r.

Según el Dr. Asín Palacios, en romance, esta misma especie se llamaba cabello mauro, árese cabello, crespo capillo («que quiere decir, pelo fuerte o duro») y pilo maore («es decir, pelo grande»). El diminutivo de culantro era culantriello.

Lucius Apuleius (el llamado Platonicus), la designó con el nombre de capillus Veneris,comparando con la cabellera de Venus la mata de largos y lustrosos rabillos negros del culantrillo. Éste es el epíteto específico que aceptó Linné.

El nombre genérico linneano, Adiantum, deriva del griego adianton(άδίαντον), que designaba una hierba verde todo el año, la cual, a pesar de crecer a menudo junto a las fuentecillas, y aun alcanzada por las salpicaduras del agua, permanecía siempre enjuta, sin empaparse, ni siquiera humedecerse. Aquel nombre deriva del verbo diaino (διαίνω) mojar, con la partícula negativa a (<x). Los que escriben adianthum, conh, desconocen que este término no tiene nada que ver con el anthos griego (άνθος), que significa flor.