Categoría:Aspergiláceas

La familia de las aspergiláceas está constituida por honguitos filamentosos, semejantes a los mohos, que viven como tales y con ellos podrían ser confundidos si el microscopio no nos pusiera de manifiesto su diversa condición; porque las aspergiláceas tienen los filamentos divididos en células mediante tabiques transversales. Cuando desarrollan los ascos, éstos quedan protegidos por un aparatito esporífero muy pequeño, cerrado, redondeado, por lo común no abridero, dentro del cual se hallan los ascos. Además, se multiplican por medio de otras células llamadas conidios, las más veces redondeadas y dispuestas en cadenitas sobre soportes característicos. Si hacemos mención de esta familia es para recordar que a ella pertenece aquella especie, el Penicillium notatum, en la que Flemming halló la prodigiosa sustancia llamada penicilina. Este honguito y otros semejantes fabrican en su seno aquellas materias llamadas antibióticas, porque detienen el desarrollo de los microbios sin dañar el organismo humano. Y si aquéllos son capaces de causar enfermedades a veces muy graves en nuestro organismo, podemos valemos de estas maravillosas defensas para no dejarlos medrar y destruirlos.