Diferencia entre revisiones de «Categoría:Euforbiáceas»

Revisión actual del 23:05 18 dic 2017

La familia de las euforbiáceas es la de las lechetreznas, que todo el mundo conoce por la facilidad con que sueltan aquel líquido lechoso así que se las corta o lastima. Es una familia muy numerosa, con más de 7.000 especies, en su mayor parte de los países cálidos, menos frecuentes en los templados y rarísimas en los fríos.

Las hay para todos los gustos, dado que son tantas y se han adaptado a las más diversas condiciones de vida. Sólo el género Euphorbia, del cual toma nombre la familia, comprende 1.600 especies de lechetreznas, algunas muy carnosas y con las hojas tan reducidas, que parecen cactos, como ciertas especies africanas y de las islas Canarias, como los llamados cardones.

Sin embargo, en la familia de las euforbiáceas no sólo varía grandemente el aspecto vegetativo de sus especies, sino la estructura de las flores, que casi siempre son de dos clases: machos y hembras, ora sobre una misma planta, como en el tornasol, el ricino y las lechetreznas, ora sobre pies distintos, como en las mercuriales.

En general, tienen una envoltura floral simple, hecha a modo de cáliz, lo cual se observa muy bien en la mercurial y el ricino; en otros casos, se componen de cáliz y corola, ésta poco vistosa, como en las flores masculinas del tornasol. En las especies del género Euphorbia, lo que parecen flores son breves y condensados ramilletes florales.

Los estambres suelen ser numerosos, ora enteramente libres, ora soldados; raras veces en igual número que el de sépalos o reducidos a sólo uno por flor.

Los frutos suelen componerse de 3 partes, cada una con 1 o 2 simientes; son secos, y forman 3 coquitos cada uno, o sólo 2, como en las mercuriales.

En el género Euphorbia los ramilletes indicados se componen de una flor femenina central, con sus 3 coquitos; y, en torno a esta flor, de numerosas flores masculinas reducidas a sólo 1 estambre cada una. Cuando tales florecitas se observan con una buena lente se advierte que el filamento estaminal muestra una ceñidura: la parte inferior representa el delicado cabillo de la flor; y la parte alta, el verdadero filamento estaminal de una flor masculina desnuda y reducida a un solo estambre. La flor femenina, axial, y las flores masculinas circundantes, están rodeadas por 5 piezas a manera de brácteas, soldadas entre sí, y en los bordes de la copita que forman nacen 4 apéndices de forma característica, generalmente truncados o bicornudos.

A esta familia pertenecen las 600 especies del género Croton, entre ellas el Croton tiglium, que da el aceite de crotón; diversas especies del género Aleurites, de alguna de las cuales se extrae en China el aceite de madera; las 20 especies del género Hevea, alguna de ellas importantísima como productora de caucho (Hevea brasiliensis); la Manihot utilissima, de la cual se obtiene la tapioca después de destruir por el calor un principio nocivo; el manzanillo, Hippomane mancinella, cuyo látex sirvió para emponzoñar saetas, y cuyo hálito y hasta su sombra, al decir de las gentes, son nocivos.

Las euforbiáceas producen albuminoides tóxicos, el más conocido de los cuales es la ricina; diversos alcaloides, como la ricinina, también tóxica, así como la yatrofina; las semillas suelen contener abundante aceite, como las de ricino, de crotón, de tártago... Hay euforbiáceas que segregan cera, diversas lacas, resinas; producen caucho no pocas, y materias colorantes; acumulan reservas amiláceas, como la tapioca, el arruruz, etc.